Soñar soñando que te tengo, despertar con la realidad que te busco, buscar el camino correcto para encontrar la línea curva que me lleve a tus brazos, soportar el frío de tu compañía ausente y quizás esperar en la sala desesperante donde, se encuentra el reloj sin pila que ha parado en la hora exacta que inicio todo. Desde allí pienso, respiro profundo, dejo salir una sonrisa nerviosa que evidencia el silencio de la complejidad del color azul, color también ausente y que dibuja la búsqueda de la mujer que ya encontré pero, que aun no sabe o no esta segura; de pronto ingresa un viento cálido en aquella sala de espera, miro una vez más el reloj y me doy cuenta que ya comenzó a andar, ¡es increíble! ya han pasado varias horas, ¿será que es hora de subir a un nuevo escalón?, no, aunque el deseo crece con los segundos y los pensamientos sean tan fuertes, el silencio seguirá ganando la batalla y mis labios se morderán con los dientes para masticar las dos palabras que no me atrevo a decir.
