La luz solar que resplandece en los días amarillos son, la muestra real de la afinidad que siente al ver tus ojos cafés,
el aire en su ausencia de color y olor festejan el dulce choque con el rosa de tus delicados bien puestos labios,
las gotas de agua que te tocan en las mañanas, se erizan al sentir tu indescriptible color de piel,
el material sintético con el cual fue fabricado tu cepillo, se revuelca en tu mesa de noche cada vez que,
lo sueltas después de pasarlo por tus cabellos,
el frío vidrio que compone tu espejo y refleja tu imagen cada vez que pasas,
suda al memorizar milimétricamente el rostro que pronto esperará volver a ver.
Es por eso que la naturaleza misma brilla por, la ilusión de ser tocada de cualquier manera a cada paso que das, buscando saciar tu necesidad de respirar, oler, degustar, observar y palpar lo que en un segundo puedes maravillar.
Hoy el reto es para los colores con, la infinita gama de tonalidades que cada vez que se topen contigo se colmen de la belleza de tu alegría.
Por lo pronto hay que sonreír por la luz de los días, el aire, el agua y todo aquello que recuerde que, al otro lado de las lineas escritas, te encuentras tu.