En el frío de está noche, llegan a mi memoria los recuerdos de una noche, donde sin planear, pude tener todo lo que quise, donde pude ser dueño de su tiempo, y fue su tiempo el que me permitió volar, volar por los tejados de las sonrisas, esas sonrisas que no le niego un sólo día, pude mirar la tierra desde las nubes, y a hora son las nubes mi mejor refugio, donde las maravillas se doblegan al sentir sus pasos, y como olvidar el néctar de su saliva, si es quizás el sabor mas exquisito que he podido degustar, como olvidar sus ojos, si son capaces de hechizarme a través de sus pocas fotos materializadas que poseo, como evitar dibujarla con el parpadeo de mis ojos, si mis ojos nacieron para verla, y aunque ahora sólo puedo verla desde la distancia, me preparo día a día para merecer estar tan cerca, que nuestras respiraciones se confundan en el mismo aire, no hay una noche que me duerma sin verla en mi mente, y no hay un día que me levante, sin su sonora voz en mi corazón.
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