Morir no es abandonar el cuerpo, es simplemente dejar de existir, es apagar la llama de una vida completa, llena de aciertos y llanto sincero de una vida plena. Morir es ver como se escapa de las manos los dedos con sus uñas y sus nudillos, cual toros que se escapan del corral que alguien por descuido olvidó cerrar. Morir es ver que nada se puede ver, es esconderse tras el sueño que por el peso de los ojos, se es obligado a cerrar y nunca poder abrirlos, jamás se puede entender porqué la muerte vive con la vida, como la luz vive en medio de la noche, que por más oscura que sea se deja ver. Morir es amar tanto la vida, que por más que se huya de ella siempre te va a alcanzar, sin importar que puedas ser tan veloz como el cordero que escapa de su depredador, no importa cuantas veces huyas, muerto siempre tendrás la oportunidad de volver a morir.
La muerte no es más que morir, para renacer en la vida, de los que lo han perdido todo.
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