Mi corazón es bueno, el tuyo también, pero los cuidamos de diferentes formas

Un corazón bueno se debe cuidar, cuidar con las palabras más tiernas que el vocablo así lo permita, cuidar con los pensamientos más nobles y sinceros, se debe cuidar con la piel que se entrega, se debe cuidar con verdades reales, no con mentiras a medias, un corazón bueno sólo se daña cuando su dueño lo permite.

Hoy, las palabras no buscan florecer en el lector que se emociona cuando son hacia ellos, hoy las palabras se tiñen de nostalgia, por soñar más de lo permitido, hoy el soñador decide abrir sus ojos y dejar los recuerdos, en las fantasías de los libros que puedo escribir, hoy, quiero revelar las tristezas más grandes que en mi vida he vivido, que raro, tu nombre compone los nombres de las mujeres que más he amado en mi vida, dos mujeres con las que viví momentos felices e inolvidables, pero que al final, quizás por caprichos de la vida misma terminaron mal, mal para todos, mal para mí ó mal para nadie, no lo se en realidad, ya que mi mente se bloquea cuando de analizar cosas que ya no importan, porque ya no las necesito.

Un corazón bueno se está abrazando a la vida, a vivir, a seguir viviendo y a buscar vivir de la mejor manera.
Vuelvo a poner el cronómetro en ceros, aunque a veces pienso que no lo debo dejar pasar de ahí, sin embargo deseo cuidar lo mejor de mí y esperar a ver a través de mi ventana, quien es capaz de resistir este voltaje, que traspasa el cuerpo y todas las dimensiones del ser humano, el mismo que a veces me quema el pecho.