Segundo

¿Cómo se arranca del alma, la ilusión de una alegría, que un día cualquiera se rompe sin razón alguna?, sin rasgar la piel, sin dañar el ser, sólo para cambiar de vida ó para seguir en el camino. Ahora, ¿cómo se resiste todo eso?, si cada gota de sangre que circula por las venas, van cargadas de espinas talladas en madera, que cortan los conductos por los cuales se transportan hasta perforarlos y dejarlos inservibles, dejando escapar el oxigeno necesario para llenar los pulmones, para poder suspirar, solo para ignorar que se está muriendo.

No es fácil vivir con las marcas que caprichosamente las situaciones de adversidad van dejando, en cada recuerdo, que por feliz que sea, muerde hasta el punto de reventar, como si no hubiesen existido ó como si no tuvieran importancia. Muchas veces, pero muchas veces, hay que comer frutos amargos, para darse cuenta que no se está muriendo, sino que por el contrario, se está empezando a vivir. ¿Cómo se puede entonces proteger de caer?, simplemente no hay manera, lo único que hay que hacer es saber como caer, para no perder la fuerza necesaria, para levantarse de nuevo.