LAS TORMENTAS DE JOSUA
...Una noche cuando el mar estaba calmado, gran parte de los filisteros se encontraba descansando, ya que durante el día habían tenido que correr de un lado a otro, por toda la superficie del barco y el mar los había embestido una y otra vez durante todo el día, entonces estaban agotados por todo el trabajo que habían tenido que padecer, lo que nadie se imaginó era que esa tranquilidad no iba a durar mucho, ya que a las 2400 horas, una tempestad, cargada de vientos, lluvia y el más fuerte granizo jamás antes visto, empezó a inundar y a aporrear una a una todas las tablas de la embarcación del pirata Josua, hasta ingresar a los camarotes y así levantar a todos los filisteros, acompañado con los gritos de Josua, levántense vagos, ignorantes, come mierdas, perezosos, suban las velas, nos come la tormenta. De repente todos se encontraban de pie tratando de controlar el barco que por momentos se veía volcar; el mar seguía enojado como tratando de vengarse de ellos levantaba el barco a más de 10 metros del nivel de las olas, soltándolo bruscamente, intentando sacarlos del barco, los filisteros corrían y corrían de un lado a otro tratando de no dejarse arrastrar por los movimientos interminables del mar, de repente se empezaron a oír gritos, eran los gritos de Josua, maldiciendo la tormenta, desafiándola, le gritaba: Yo soy el pirata Josua, temerario y domador de mares, no me sacaran de mi barco ni a ninguno de mis filisteros, no existe tempestad que me haga perder la fuerza, te calmaras porque así lo quiero y lo harás cuando yo lo decida; como si fuera cierto tales palabras, la tempestad comenzó a cesar, el mar se fue debilitando hasta perder toda su fuerza y en cuestión de minutos, el pirata Josua estaba ordenando bajar las velas, la tripulación se quedó muda, solo se escuchaban algunas respiraciones agitadas, de pronto todos comenzaron a gritar, ¡levantamos nuestras armas para honrarte capitán Josua, pirata de piratas padre del mar!...
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